Marta Prado: “Tengo 50 años y sigo siendo una eterna aprendiz”

A los 50 años, Marta Prado decidió volver a empezar. Después de una larga trayectoria en el comercio internacional y la consultoría, eligió el camino menos cómodo: crear su propia empresa tecnológica. Hoy es CEO de DS4T, start-up spin-off de INCOTRANS® – International Business Group, y su historia es un recordatorio poderoso de que emprender no tiene edad, pero sí propósito.

No lo dice con resignación, sino con orgullo. En su voz hay calma, pero también determinación. Marta pertenece a esa generación de profesionales que han decidido transformar la experiencia en innovación y hacer de la madurez una ventaja competitiva.

El confinamiento fue el punto de inflexión.Mientras muchas empresas se paralizaban, Marta vio una oportunidad: digitalizar los procesos de comercio exterior y crear soluciones tecnológicas que ahorraran tiempo y errores en las gestiones logísticas.

“En diez minutos resolvemos lo que antes llevaba tres horas. Y eso es solo el principio”, afirma.Pero su discurso no gira en torno al software, sino a las personas: “No hace falta saber programar para liderar tecnología, hace falta entenderla.”

A Marta no le gusta la épica emprendedora ni los discursos de “todo es posible”.Su forma de liderar se basa en la humildad, la constancia y una máxima que repite a menudo:

“El foco separa la paja del grano: no todo merece tu energía.”

Esa mentalidad le ha permitido construir una empresa sólida, donde los valores —la honestidad, la responsabilidad y la coherencia— pesan tanto como la facturación.Su historia inspira porque no habla de éxito inmediato, sino de decisiones conscientes: arriesgar sin perder la cabeza, innovar sin olvidar el propósito y avanzar sin traicionarse.

Ten Forty no nació para conquistar el mundo, sino para resolver problemas reales.Por eso Marta reivindica la sencillez como valor estratégico.En un entorno saturado de ruido digital, su empresa destaca por algo tan básico como difícil: cumplir lo que promete.

“El movimiento se demuestra andando, también en los valores.”

Desde esa filosofía, Marta lidera un equipo que mezcla generaciones, perspectivas y formas de pensar, convencida de que la diversidad es una palanca de innovación.

La historia de Marta Prado rompe clichés y derriba prejuicios.Demuestra que la edad no es un freno, sino un motor si se tiene la curiosidad intacta.Emprender a los 50 no fue un salto al vacío, sino una decisión madura: la de quien ha aprendido a elegir las batallas que merecen la pena.

Hoy su empresa crece con solidez y su discurso conecta con una idea que cada vez resuena más en el mundo empresarial:la innovación sin valores no tiene futuro.

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